Hijo de un médico militar, al año de nacer en Barcelona su familia se trasladó a Tánger (Marruecos), ciudad cosmopolita donde se aficionó a la lectura y donde vivió felizmente hasta los doce años. Luego marchó a educarse a Cihuela (Soria) con una tía suya, que lo mandó durante el curso escolar interno a un colegio privado que los jesuitas tenían en Zaragoza.5 Después vivió en Aranjuez hasta los dieciocho años, algo que tendrá su importancia cuando escriba su novela Real sitio; de sus baños en el Tajo nació también El río que nos lleva. Él afirmará después que allí nació como escritor.6 En 1935, con solo dieciséis años, obtuvo por oposición una plaza de funcionario de aduanas; hizo los cursos en Madrid volviendo los fines de semana a Aranjuez. Fue destinado a Santander. Le queda tiempo para empezar a estudiar piano y se hace socio de un cineclub pìonero; andando el tiempo ejercerá de crítico cinematográfico. En 1936 fue movilizado por el ejército republicano en la Guerra Civil Española, combatiendo en un batallón anarquista. Por petición de los analfabetos les leía el periódico y algunos libros. En 1937, al ser conquistada Santander, se pasó al ejército del bando nacional.
Cuando llegaron los que yo suponía míos y empezaron a fusilar a gente, fue cuando me di cuenta de que los que habían ganado no eran los míos. Me parecen horribles todos los asesinatos […] pero hay diferencias entre unos y otros. Cuando un bracero de un cortijo, mal pagado y con frecuencia humillado, harto de esa vida aperreada en un momento propicio, de revuelta popular, cae en la tentación de cortarle el cuello al amo, culpable de su miseria, sí, es un asesinato.